Y como si de un mamífero que duerme durante todo el invierno fuera, ésta semana han vuelto a florecer sentimientos que creía aletargados, dormidos en un rincón de mi alma que no quería despertar, como si de un niño pequeño se tratara, para no hacerlo llorar.
Tras semanas de días grises, lluviosos, apáticos para vivirlos, el pasado viernes hizo una tarde de ésas que hizo florecer algo en mi. Sería la agradable temperatura, sería el cielo azul, sería el olor a incienso que ya ronda las paredes de mi casa, o quizás, sería las inmensas ganas que tengo de volver a vivirla plenamente, que al primer rayo de sol mi corazón pegó un vuelco enorme aquella tarde. No sé expresar que ocurrió, pero ése sentimiento que tenía dormido (y no quería despertar), se ha despertado.
Tengo marcado en rojo en mi calendario, el próximo miércoles 17 de febrero, Miércoles de Ceniza. Todo vuelve a empezar. La Cuaresma vuelve como cada año, para meterse en nuestro cuerpo y hacer aflorar sentimientos que quedaron degollados aquella primera semana de marzo del pasado año 2020. Y es que, estábamos en plena cuaresma cuando el mundo cambió para siempre, no ha días peores para que pase algo así durante todo el año.
Mis cámaras de fotografía y video estaban repletas de imágenes del Cristo de la Sentencia, la Salud de los Gitanos, Tres Caídas de Triana, Cristo de la Paz, el Señor del Viso, conciertos de bandas de la centuria, cigarreras, Triana.... Tantos y tantos momentos que pararon de golpe, y pasamos de una cuaresma del todo, a la nada. Ahí quedaron ésos sentimientos, adormilados, y os juro, que no quería despertarlos éste año. Éste año no.
Pero es tanta la Fe, que un simple rayo de sol lo ha despertado. ¿Qué hago yo ahora con todo esto que llevo dentro de mi? ¿Dónde meto las ganas de viacrucis, conciertos, igualás, ensayos, pregones, cultos....? ¿Será la cuaresma mas larga de mi vida? Ésa que cada año queremos que pase rápido para culminar en una semana de gloria, pero que a la vez, queremos que pase despacio, para saborear cada momento único, que sólo se vive durante éstos cuarenta días que el miércoles van a volver a empezar.
La vida nos ha puesto a prueba para vivir una cuaresma diferente, desde la Fe, sin banalidades, con menos fotos y mas hermandad. Con menos música y conciertos, para escuchar nuestro interior. Habrá que dejar que ésos sentimientos campen a sus anchas éste año tan difícil, para que allá por mediados de Abril se vuelvan a dormir soñando con ésa cuaresma ansiada de viacrucis, conciertos, igualás, ensayos, pregones y cultos repletos de gente.
- Fotografía: Plaza de Santa Cruz (Sevilla) | 20 de mayo de 2018 | Nikon D5100
Todas las fotos de esta web están protegidas por su autor y tienen todos los derechos reservados. Puedes enviarme alguna duda o sugerencia. Si quieres ponerte en contacto conmigo escríbeme al siguiente email (jpedromartin85@gmail.com).
------------
