Ayer por la noche me dio por mirar la luna, el satélite del universo mas cofrade que existe. Gracias a ella contamos los días religiosos anuales, y sabremos que día caerá la Semana Santa de 2058, por ejemplo (espero que con cofradías en la calle). Estaba llena, inmensa y tenebrosa. Una luz tenue cubría la vega de los Alcores deseosa de las últimas lluvias del año meteorológico. Y caí en la cuenta, que la próxima luna llena será el 28 de marzo, Domingo de Ramos nada mas y nada menos. Que maravilla de domingo hubiera sido con ése lucero blanco de fondo, iluminando el camino de una burra, rodeada de palmas, niños e ilusión, mucha ilusión. Cuántas veces hubiera mirado al cielo y su alrededor, temeroso a que alguna nube la tape. Y es que, éste año dará igual. Que llueva todo lo que tenga que llover (que quizás nos calmará el dolor), porque dentro de 28 días, volveré a mirar al cielo para verte mas llena que nunca. Llena de esperanza, de ilusión. Pero antes de la luna deseada, tendrán que
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