Vivir una Navidad en la aldea almonteña de El Rocío (Huelva) es algo único y diferente. Cuentan las viejas lengüas que las marismas que bañan la ermita de la Blanca Paloma son aún mas bonitas y reflejan mejor en sus aguas el mundo rociero que se asoma a su orilla.
Calles de albero, grandes casas almonteñas y un enorme ambiente que recuerda a las ascuas de mayo te esperan en éste pedacito del coto nacional de Doñana. Todo un lujo para los sentidos.
La imagen de la Virgen del Rocío es venerada por millones de personas en todo el mundo. Cada año, el lunes de Pentecostés los almonteños la sacan en procesión multitudinaria seguida por miles de fieles.
En fechas Navideñas, dentro de la ermita la Hermandad Matriz de Almonte monta un belén muy hermoso, digno de admirar por el alto valor artístico de sus piezas.
Verdaderas obras de arte.
A los pies de la Virgen del Rocío, hay un pequeño pesebre que da cobijo a una bella imagen policromada del Niño Jesús recién nacido.
Admirar los alrededores de la ermita es una maravilla. La naturaleza rodea éste paraje singular haciendo de éste lugar único en el mundo y protegido por la UNESCO.
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